Desde aquí nuestra admiración y respeto a todos los hombres y mujeres que ahora hace ya 79 años hicieron posible que una esperanza llamada Segunda República se pusiera en marcha. Mujeres y Hombres del Pueblo que lucharon y murieron por un mundo más justo que renegaba de un pasado dictatorial, imperialista, caciquil y clerical para levantar una sociedad donde la razón, las libertades individuales y colectivas y un reparto justo de la riqueza fueran los nuevos fundamentos políticos, sociales y éticos.
La República fue traicionada por muchos. En primer lugar por los que se levantaron en armas contra ella, asesinando a muchos millones de ciudadanos y ciudadanas en nombre de los viejos valores: el miedo, la mentira, la amenaza y el robo de los poderosos a las clases subalternas. Pero el ideal republicano también fue traicionado por aquellos que no supieron ver el peligro de la reacción fascista y que dejaron a su suerte al Pueblo. Hoy, 79 años después, las filas de éstos últimos se ha engrosado. ¿quién se acuerda de los republicanos y republicanas? No, desde luego, los que con sus leyes "de la memoria" quieren colocar la losa del olvido, predican que aquello fue un mal sueño, intentan sobornar con dinero público precisamente la memoria, la dignidad, la legitimidad y la legalidad de la lucha de tantos millones de republicanos y republicanas, para que siga reinando la impunidad de los asesinos.
Y estos mismos nuevos y viejos traidores son los que con más de cuatro millones de parados y paradas, nos continúan mintiendo sobre los orígenes de esta pavorosa crisis económica capitalista. Crisis que también es política porque el engaño como forma de hacer política no puede durar indefinidamente. Porque un sistema político donde una élite de corruptos está al servicio de aquellos que nos han metido en la crisis no puede ser el futuro. Los ricos y poderosos, aquellos que auparon a Franco, al heredero de éste, el Rey Juan Carlos, los que construyeron un aparato estatal concebido para la represión del Pueblo, con sus jueces podridos y que otorgaron tanto poder a la decadente Iglesia Católica como pudieron, esos ricos y poderosos son los mismos que ahora, en un afán enloquecido por tener más y más dinero y poder, no han dudado en empobrecer al Pueblo, en ningunearlo y tratar de timarlo una vez más. Crisis de todo el sistema capitalista que el capitalismo sólo puede resolver con más capitalismo y con más dictadura. La auténtica salida de la crisis ya sólo puede ser el derrumbe del capital.
Pero no lo conseguirán. Las gentes del Pueblo, sus trabajadores y trabajadoras de toda condición saben perfectamente quienes son los culpables. Sólo el miedo a perder lo poco que nos va quedando, la represión política y social que ilegaliza partidos y secuestra publicaciones populares y la propaganda atronadora de los poderosísimos medios de manipulación, evitan lo que objetivamente hoy es un escenario para la desobediencia civil y la insurrección popular.
Los que nos meten en la crisis son los mismos que dicen que nos sacarán de ella. No sólo es un sarcasmo para las grandes mayorías sociales, es la prueba palpable de que aquí no hay democracia, porque las decisiones las toma una exigua minoría de personas enriquecidas y a cuya cabeza se encuentra alguien que en un solo día gana lo que muchísima gente gana en dos años.
En este 14 de abril, si algo queremos transmitir, uniendo pasado con presente es que sólo la lucha del Pueblo, es capaz de sacar al Pueblo de los problemas que padece. Es por eso que la Tercera República aparece como camino no sólo posible sino necesario, posibilidad real para que los que somos más, decidamos sobre nuestra vida. Ya toca la tercera, la que se llevará con los aires de sus Pueblos, con sus asambleas y sus decisiones, la mentira, el privilegio, la corrupción y traerá la Libertad, la Justicia, la Cultura y la Fraternidad.
Posadas a 14 de abril de 2.010.
Viva la República.
